Hace ya unos cuantos años que a alguien se le ocurrió trasladarlo, con el gran sillón de piedra, desde su ubicación original en Santiago de Vigo a la glorieta que preside. Donde se encuentra expuesto a toda clase de inclemencias metereológicas, amén de tener que soportar casi permanentemente los ruidos del tráfico y la contaminación.

¿Por qué mantienen a Don José sentado en un sillón en medio de una rotonda, cuando mucho más propio sería, ya de encontrarse allí, que figurara en gallarda posición erguida? Un sillón y una efigie que pertenecían a un conjunto escultórico que el artista compostelano Francisco Asorey concibió y realizó en 1927 para su emplazamiento original, bajo una gran placa, adosado al muro que en Santiago de Vigo sostiene la calle de Alfonso XIII que baja de la estación.

Desde donde arranca la calle que lleva su nombre. Por eso se encontraba allí, la mar de cómodo y protegido  por el susodicho muro y unos grandes árboles.

UN BANQUERO DE CUBA CONVERTIDO EN MECENAS DE VIGO

La historia de García Barbón es más o menos conocida a grandes rasgos: natural de Verín, sobre los trece años, corriendo 1844, partió del puerto de Vigo hacia La Habana "reclamado" por unos parientes que ya tenían una considerable fortuna a la que el joven se incorporó.

Años después se había convertido en importante banquero, de los de banco propio. Acumuló una impresionante fortuna hasta que, transcurridas cuatro décadas, en 1884, contando sólo con 53 años, tras liquidar todos sus negocios antillanos decidió regresar a su Verín natal.  Donde, aparte de promover obras de beneficencia, fundó y puso en marcha el Balneario de Cabreiroá, con sus famosas aguas. Amén de otras empresas, como la compañía de electricidad Electra de Verín.

Posteriormente, en 1894 decidió trasladarse a Vigo, para lo que compró la impresionante finca de Vista Alegre - el espacio que se encuentra a sus espaldas, tras el sillón - que llegaba hasta la Calzada, además de otras muchas propiedades inmobiliarias en la ciudad. Allí se instaló con su hermana Carlota y los cuatro hijos de ésta - sus herederos, puesto que García Barbón no tuvo descendencia - , dedicándose a partir de entonces al mecenazgo: en 1900 donó a Vigo el edificio de la Escuela de Artes y Oficios, que costó 750.000 pesetas de la época, con una biblioteca de 5.000 volúmenes; y ayudó a la creación de asilos, escuelas, casas de caridad, entre otras numerosas obras de beneficiencia, que también incluían a los muchos que acudían a su casa en busca de ayuda.

Falleció el 7 de Marzo de 1909 a la edad de 78 años y tras haber pasado los últimos quince quince en nuestra ciudad, que supo despedirlo como merecía: se calcula que nada menos que veinte mil personas salieron a la calle el día ede su entierro, cuando Vigo contaba con 40.000 habitantes sin incluir el extenso Lavadores, que no se anexionó hasta 1940.

EL TEATRO GARCÍA BARBÓN

Ahora, hay que insistir, lo tienen ahí, a la intemperie en su sillón.

Un José García Barbón que, gracias a sus herederos, dejó un enorme legado póstumo a Vigo: el magnífico Teatro García Barbón, concebido por el arquitecto Antonio Palacios  y que se comenzó a construir en 1913, para ser inugurado en 1927.

Un extraordinario edificio y espacio cultural que comenzó a ser concebido a los pocos días del incendio -  8 de Febrero de 1910 - que arrasó el antiguo Teatro Rosalía Castro, en el mismo solar y del que García Barbón se había hecho cargo unos años antes para evitar su desaparición y para que la ciudad no se quedase sin un local de estas características.

Se trataba de una actividad muy querida para el ex banquero filántropo, por eso sus sucesores decidieron dar el paso de dotar a Vigo, en su nombre y con su nombre, de un gran centro cultural. El cual, tras una trayectoria de más de cincuenta años, en 1984 pasó a ser propiedad de Caixavigo, hoy Caixanova.

La entidad crediticia viguesa no supo, sin embargo, ser agradecida al gran benefactor. Su nombre fue suprimido, sustituido, en la actualidad, por Centro Cultural Caixanova. Cuando hubiera sido tan fácil denominarlo Centro Cultural Caixanova - García Barbón. Por ejemplo. Y como ejemplo de señorío y respeto por alguien que tanto hizo, en vida y después, por Vigo y sus gentes.

Pero ni siquiera le han puesto a Don José una placa bien visible. Qué menos, a falta de otro homenaje más explícito.

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