El local de la firma Efectos Navales Corona se mantiene exactamente igual como era un día del año 1946 en el que Luis López-Corona Veiga abrió las puertas de esta emblemática empresa del puerto que desde entonces abastece a la flota pesquera del Berbés.

Han transcurrido casi siete décadas y lo único que ha cambiado es la oferta de los múltiples utensilios de los que surten a los armadores. A cargo de la empresa está hoy Gustavo López-Corona Davila, hijo y continuador del fundador.

No hay en Vigo otro local de sus características. Es una referencia histórica, un negocio testigo de muchas memorias del Berbés. Y como establecimiento comercial, en Efectos Navales Corona se puede encontrar de de todo, los suministros más variados, lo que saben muy bien sus múltiples y tradicionales clientes: ferretería naval y no naval; pinturas y productos químicos; material de seguridad; vestuario, etétera. Incluso material de oficina.

LA AÑORADA PEÑA CORONA ERA TODA UNA INSTITUCIÓN NO OFICIAL EN EL PUERTO DE VIGO

Nació en el local y durante más de cincuenta años la muy especial Peña Corona fue eso, una institución privada, no oficial; pero no solo del puerto, también de la ciudad. Inciada por empresarios; pero en la que nadie hablaba de negocios o de política.

Aunque allí se cortaba mucho bacalao. Es decir, se descorchaban numerosas botellas y se abrían latas de las mejores conservas, porque a partir de la una y media del mediodía, cuando cesaba la actividad comercial mañanera, el mostrador se cubría con papel de estraza y se convertía en barra en torno a la cual se reunían, bebían y conversaban los "padre fundadores", que fueron Carlos Martínez de la Escalera; Julio Vieira Ruiz, que tenía las oficinas de su compañía encima; Félix Montenegro; los hermanos Raimundo y José Fernández Montenegro; y, naturalmente, el patrón, Luis López-Corona.

Todos hombres que al tiempo que desarrollaban sus propias empresas hacían crecer el puerto de Vigo. Un grupo al que se fueron uniendo otros como Ramiro Gordejuela y Agapito Prado. Se trataba de una reunión cotidiana siempre abierta a los amigos y también a los amigos de los amigos.

Con el añadido de que, a lo largo de más de cinco décadas, los días 24 y 31 de Diciembre de todos los años se celebraban "reuniones extraordinarias" que tenían lugar en un almacén vecino y a las que asistían decenas de invitados. La del 2004 fue muy especial: se cumplían los cincuenta años de la Peña y se aprovechó para rendir un homenaje a su desaparecido artífice, Luis López-Corona. Llevaron hasta pulpeira y hubo gran asistencia.

DE OTRA MANERA, PERO TODAVÍA PERVIVE EL ESPÍRITU DE AQUELLA COTIDIANA REUNIÓN DE AMIGOS

Tres años después, la del 2007 tuvo lugar la última "reunión extraordinaria" de finales de Diciembre. Y dejó de funcionar también la barra-mostrador, que ya había limitado su funcionamiento como tal a un par de días a la semana. Algunos de los clásicos habituales habían fallecido y otros eran ya muy mayores.

Pero su espíritu pervive en el tiempo a través del vino que consumían, que es un superior producto de O Rosal sin etiqueta que siempre adquirieron al mismo cosechero.

Un vino al que siguen fieles los descendientes de los fundadores, encabezados por Gustavo López-Corona y algunos amigos que cada año se hacen con buena parte de la cosecha de esa bodega para beberlo en sus casas, ya sea solos, bien asociados en pareja o acompañados por otros amigos.

Unos componentes de la segunda generación que ya superan con amplitud los sesenta de edad y que se reúnen varias veces al año para confraternizar, recordar y meterse para dentro, junto con el vino, una buena lamprea o un copioso cocido. También como homenaje a sus padres, los que durante tantos años fueron mantenedores de aquella Peña que se podría considerar como una hermandad por encima de los negocios.

Por las paredes de Efectos Navales Corona siguen pululando, entre las botas, guantes, anclas y todo tipo de artilugios navales, los recuerdos del puerto y la ciudad. Se nota al entrar en este local único por tantas cosas. Que es como un museo de recuerdos que están muy vivos también en la memoria de los que lo conocieron cuando allí radicaba la bienhumorada Peña Corona.

(El vino nos lo dieron a probar con generosidad y sigue siendo igual de excelente)
 

 Página web de Efectos Navales Corona: www.coronavigo.com



 

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